Fernando Alonso, ¿arrepentido de dejar Ferrari?

Apenas han pasado unos pocos meses tras el anuncio o confirmación
oficial del regreso de Fernando Alonso a McLaren, y sólo unos pocos
días de sus primeras vueltas en el MP4-30, y ya hay un numeroso sector
de aficionados a la Fórmula 1 que vaticinan otro año aciago y en
blanco para el piloto español. Fernando adujo que volvía a McLaren
para terminar lo que había empezado en 2007 y "volver a poner el
número 1 en un McLaren". Curioso, muy curioso, si tenemos en cuenta
que casi ese mismo argumento podría servir de razonamiento para no
irse de Ferrari, porque si le damos la vuelta sirve, sin cambiar un
ápice -tan sólo el nombre de la escudería-, de la misma forma para la
casa italiana: "no me voy de Ferrari para terminar lo que he empezado
en 2010, y volver a poner el número uno en un Ferrari".

Cierto que de nada sirve mirar atrás, ahora Alonso deberá lidiar con
lo que tiene, pero a nadie se le escapa, por lo visto esta semana, que
en Ferrari parecen haber dado con la tecla correcta para ganar. O al
menos para presentar batalla. Y no solo es por Vettel, sino que
Raikkonen también, ambos han estado muy arriba en la tabla de tiempos
de los tests en Jerez, y de hecho Ferrari, con Raikkonen a los mandos,
terminó en cabeza.

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La hypertecnología y los coches que nos faltan

En los años sesenta Citroen, aún propiedad de Michelin, publicitaba
sus coches basándose en la economía mecánica. Al disponer de motor
refrigerado por aire, sus coches -decían- eran más sencillos de
reparar y mantener. En su publicidad especificaban que "no tenían
manguitos", ni radiador de qué preocuparse y todos esos añadidos que
poseen los motores refrigerados con agua.

Eso desapareció en los ochenta con la llegada de PSA y de sus motores
para sustituir a los clásicos Citroen de toda la vida, además del
endurecimiento de las leyes medioambientales. Los motores de
refrigeración por aire se quedaron casi exclusivamente para el mundo
de las motos.

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¿Se sustenta el mercado del automóvil en España artificialmente?

El año que acabamos de dejar atrás se ha cerrado con unas cifras de
ventas de coches impresionantes, las cuales, si se miran fría y
superficialmente, nos pueden incluso llegar a sugerir que hemos dejado
la crisis atrás. Pero eso es solo una impresión ya que, por desgracia,
no hay nada de realidad en ello.

Cierto es que se venden más coches que hace solo tres o cuatro años,
muchísimos más, pero ¿a qué es debido todo ello, a la recuperación
económica, al aumento del poder adquisitivo de la población, o es que
esas cifras son un tanto engañosas?

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¿Hasta qué edad se les debería a la gente permitir conducir?

El reciente atropello múltiple ocurrido en Asturias ha vuelto a abrir
el debate de la conducción para los ancianos. Ciertamente es un debate
tan antiguo como la propia historia de los coches, pero uno no puede
dejar de preguntarse qué es lo que falla cuando a un anciano de
avanzada edad, y encima con problemas de movilidad y reflejos, se le
sigue concediendo el permiso de conducir. Cómo es que alguien que no
solo ha atropellado a varias personas, sino que tras causar serios
destrozos no ha conseguido parar ni ha tenido los reflejos para
detener su vehículo, continuaba renovándosele el permiso.

Lo de los ancianos al volante es un tema muy recurrente. Ciertamente,
y según reflejan también las estadísticas, los accidentes producidos
por personas mayores no son los más numerosos, pero eso también
encuentra su explicación en que el número de ancianos conduciendo
tampoco es el mayor entre las franjas de edades de los conductores.

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